Postnatal masculino de 1 mes

Nov 18, 2021

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Matías Hoyl es Director de Laboratoria y Co-fundador de Aula Digital. Pero también es papá, y gracias a las políticas de la empresa donde trabaja tuvo un mes de postnatal, algo impensado en el Chile de hoy. Matías escribió esta reflexión en su Linkedin y hoy quiso compartirla con nosotros. Nos cuenta cómo fue este período y por qué es tan importante.

Me siento orgulloso de pertenecer a Laboratoria, una organización feminista que valora la corresponsabilidad, entendido como la igualdad de responsabilidad entre padre y madre al criar un hijo/a, y el tiempo en familia. Como organización, siempre hemos buscado ir más allá de lo legal, poniendo en frente el bienestar de cada uno de los Laboratorians. Postnatal de 1 mes para los padres, viernes flexible para ocuparlo en lo que uno quiera y 5 semanas de vacaciones al año, son solo algunos de los beneficios que nos permiten equilibrar trabajo y vida, y que nos hacen volver todos los días con más ganas que nunca a seguir aportando en esta bonita visión de sumar más talento femenino a la industria tech.

Sin este post natal, que pude tomar flexiblemente como 2 semanas full-time y 4 semanas part-time, siento que no habría podido conocer a mi hijo Iñaki como lo conozco hoy. Tampoco hubiera podido, humildemente, apoyar a mi pareja dentro de mis posibilidades. Siento que la fortaleza y el cariño de nuestra tríada, Iñaki+Matías+Tatu, es el resultado de poder estar más presente aquí, sin distracciones, junto a ellos.

Incomprensión total con aquellos padres que, pudiendo tomarse los 5 días legales, no lo hacen porque «es mal visto». Si la cultura de una empresa me empuja, a punta de presión social, a perderme la oportunidad de estar más tiempo con mi hijo, entonces es una empresa en la que no quiero trabajar. Este tipo de conductas no están escritas, dependen de nosotros mismos. Si algunos rompemos con esas convenciones y nos tomamos orgullosamente los días que nos corresponden, de a poco irá desapareciendo esa práctica arcaica y exitista.

«It takes a village to raise a child», dice un antiguo proverbio africano. Este mes he podido sentir en primera persona que realmente es así. En el cuidado de Iñaki no solo hemos participado mi pareja y yo. También hemos sentido el apoyo de nuestra familia cercana, que nos prestan una mano cada vez que pedimos ayuda. Pero algo que no esperaba era la presencia de otra «familia»: nuestros amigos y equipos de trabajo que nos han acompañado con sus buenas intenciones, llamados, preocupación y cariño, y  que nos han reemplazado en varias labores en nuestra pega para nosotros poder concentrarnos en Iñaki. Nuestra «village» se ve más grande que nunca.

Siento que yo estoy «jugando el juego» en «modo easy»: postnatal extendido, redes familiares y trabajo flexible. Y aún así ha sido un camino tremendamente desafiante. No me imagino lo difícil y estresante que debe ser para aquellas madres que no tienen redes de apoyo o que por precariedad laboral y/o presiones económicas, la pareja no puede participar mucho de la crianza, aún cuando quisiera. Admiración total a todas esas madres poderosas.

Me alegra ver cada vez más organizaciones subiéndose al carro de los beneficios sociales «más allá de lo legal». Si bien por ahora la mayoría son empresas más pequeñas y ligadas al mundo de la tecnología, espero que esta práctica vaya permeando de a poco al resto de las organizaciones. Si el Estado no quiere reconocer la importancia de la corresponsabilidad, entonces las organizaciones sociales y el mundo privado podemos sentar precedente. No hay medida más cost-efficient que tener a tus colaboradores motivados y felices.

Esto recién comienza, pero creo que partimos con el pie derecho.

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