Método anticonceptivo hormonal vs no hormonal

Mar 25, 2020

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Sentirte segura y cómoda también depende de cuál tratamiento de fertilidad uses, por lo que el primer paso es informarte acerca de las diferencias para elegir el que se acomode a tu estilo de vida. Cada vez hay más apoyo a la anticoncepción natural, la cual no involucra hormonas ni desordena tu ciclo menstrual,¿será para ti?

Un anticonceptivo es un procedimiento para prevenir un embarazo en mujeres sexualmente activas, ya sean ellas o sus parejas quienes los usen. Existen hormonales y no hormonales, transitorios o definitivos, y basado en tecnología o a través de la modificación de una conducta.

Se ha comprobado que ningún método es perfecto. Los anticonceptivos orales, por ejemplo, no protegen contra enfermedades de transmisión sexual. El preservativo, por su parte, no siempre se usa correctamente.

Los planes a corto y largo plazo de embarazo, la existencia de una pareja estable, la disciplina y rutina, y la importancia que el paciente le da a los productos naturales son factores que deberían tomarse en cuenta a la hora de elegir un método anticonceptivo.

Fertilidad

Los mitos, desinformación y educación sexual precaria son factores que causan que haya  poco conocimiento de nuestro propio ciclo fértil. Tanto que puede llevar a sufrir disfunciones sexuales como el vaginismo

El ciclo sexual femenino hace posible el embarazo y la menstruación. El ciclo inicia el primer día de la menstruación y termina el día anterior a la siguiente. Suele durar entre 21 a 35 días, lo que puede variar por múltiples razones, una de ellas la edad. El periodo más fértil, es decir, con mayor probabilidad de embarazo, se da entre los cinco días antes de la ovulación, más los dos días después de ésta.

Saber cuándo se produce el momento de mayor fertilidad depende del ciclo de cada mujer. Si se tiene un ciclo regular se podrá calcular con bastante precisión, sin embargo, en uno irregular es más complejo y usualmente se debe acudir a un experto en el tema.

Dos hormonas principales controlan el ciclo: el estrógeno y la progesterona. Luego de la menstruación, los niveles de estrógenos se elevan, lo que produce que un óvulo se desarrolle y se libere por el ovario. Este proceso es la ovulación. El útero se engrosa para recibir al óvulo (fertilizado o no), con ayuda de la progesterona.

Si no hay embarazo, el óvulo desciende por la trompa de falopio y el organismo lo absorbe naturalmente. Los niveles de ambas hormonas disminuyen y el útero se desprende: aquí es donde sucede lo que se llama menstruación.

Anticoncepción hormonal

Los métodos anticonceptivos hormonales contienen y liberan “hormonas artificiales”, sintéticas, que imitan y mimetizan el efecto del estrógeno y la progesterona en el organismo. Esto confunde al cuerpo e interfiere con el ciclo regular, evitando el embarazo.

Los anticonceptivos hormonales actúan impidiendo que los ovarios liberen el óvulo, dificultando a los espermatozoides entrar al útero al espesar la mucosidad. Además generan que el recubrimiento del útero no sea lo suficientemente grueso para permitir que un óvulo fertilizado se implante.

Los métodos más comunes son:

  • Anillo vaginal
  • Dispositivo Intrauterino (DIU, Mirena)
  • Implante subcutáneo de progestina (“chip”)
  • Parche 
  • Inyección 
  • Píldoras combinadas
  • Pastilla de emergencia (“del día después”)

Está comprobado que todos los anticonceptivos hormonales pueden tener efectos secundarios. Algunos de ellos pueden ser:

  • La píldora oral combinada, parches y el anillo pueden aumentar el riesgo de desarrollar coágulos de sangre en las venas. Este riesgo es muy pequeño, menos que el riesgo de trombosis asociado al embarazo.
  • Estos mismos tres métodos también están vinculados a un riesgo de desarrollar cáncer de mama o del cuello uterino. Sin embargo, se piensa que tales anticonceptivos protegen contra el cáncer de ovarios.
  • Las píldoras orales de progestágeno pueden causar dolores de cabeza, cambios de ánimo y mayor sensibilidad en las mamas. Además algunas reacciones pueden ser náuseas, retención de líquidos, hipertensión arterial, migrañas, depresión y dificultad para dormir.
  • Algunas inyecciones anticonceptivas de progestágeno pueden ocasionar un aumento de peso. También se ha asociado a mayor dificultad para concebir una vez interrumpidas las inyecciones.
  • La mayoría de los anticonceptivos hormonales causarán cambios en el ciclo menstrual, presentando sangrado irregular o nulo durante la menstruación. 

Los anticonceptivos hormonales deben interrumpirse en cuanto se detecta un embarazo. Después de un embarazo se recomienda empezar a tomar anticonceptivos al menos 21 días después del parto. Si se está amamantando lo ideal es esperar al menos 42 días. Las mujeres que tienen factores de riesgo para los trombos deben consultar a su médico para saber cuándo reiniciar la toma de anticonceptivos hormonales.

La principal ventaja de los anticonceptivos hormonales es que si se toman según las instrucciones, tienen un alto porcentaje de eficacia en evitar un embarazo, y se pueden tomar de forma continua a largo plazo. 

No hormonales

Los anticonceptivos no hormonales son aquellos que evitan la fertilización del óvulo pero sin intervenir en el ciclo menstrual de la mujer.

La opción que no tiene competencia en cuanto a naturalidad es la planificación. Lo único que se requiere es la programación de la actividad sexual acorde al ciclo femenino. Para esto hay una gran variedad de métodos para ayudar a saber qué días del ciclo son los más fértiles y cuáles son los más poco fértiles.

Podemos medir nuestra fertilidad a través de la medición de nuestra temperatura basal y moco cervical, por ejemplo. También existen los monitores de fertilidad, que interpretan ciertos signos para saber cuándo sucede la ovulación. Los principales indicadores para identificar los días fértiles son:

  • Flujo cervical: en los días más fértiles el flujo se torna más transparente y líquido.
  • Temperatura basal: la temperatura más baja que alcanza el cuerpo en reposo. Antes de la ovulación generalmente varía entre 36,5 ºC y 36,7 ºC. 
  • Aumento de la hormona luteinizante (LH): es una hormona que desencadena la ovulación y se puede detectar en la orina unas horas antes de la ovulación.

Otros métodos no hormonales son:

  • Anticonceptivos de barrera, como el condón masculino y femenino, el espermicidas o el diafragma.
  • Método de amenorrea de lactancia.
  • Dispositivos intrauterinos sin hormonas.
  • Métodos de abstinencia periódica (Billings, calendario en base a la temperatura, sintotérmico, etc.)
  • Esponja
  • Anticoncepción quirúrgica femenina o masculina.

Usualmente, las mujeres que usan un método anticonceptivo sin hormonas lo hacen porque no tienen relaciones sexuales frecuentes, sufren molestias asociadas a los efectos secundarios de los conceptivos orales, no quieren alterar el ciclo natural de su cuerpo introduciendo hormonas sintéticas, buscan un método fácil y sin receta médica.

 

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