La importancia de la detección temprana del Trastorno del Espectro Autista

May 8, 2023

Bebé ·

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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una alteración neurológica que afecta el desarrollo del cerebro y se manifiesta de diversas maneras en cada individuo. En muchos casos, los síntomas del autismo pueden ser detectados tempranamente en la infancia, lo que permite a los niños y niñas recibir un diagnóstico y tratamiento temprano.

Ayudar a nuestros hijos e hijas en todo lo que requieran es fundamental. Por esto, la atención temprana para detectar el TEA es tan crucial, ya que nos ayuda a poder entregarles las mejores herramientas a nuestros niños y niñas en el caso de que se manifieste, y mejora significativamente el pronóstico y su calidad de vida y la de sus familias.

Por otra parte, al ser un espectro, los niños o niñas que lo padecen pueden mostrar una gran variedad de síntomas, por lo que no siempre es fácil detectarlos. Sin embargo, hay cierta correlación entre edades y síntomas que se pueden relacionar a un caso de TEA. Algunas de estas son: 

Entre los 6 y 12 meses de edad: a esta edad, nuestro bebé puede mostrar indicios como la falta de contacto visual, la ausencia de sonrisas sociales y la falta de interés en juegos interactivos.

Entre los 12 y 18 meses de edad: a esta edad pueden mostrar una falta de respuesta a su nombre, un retraso en el desarrollo del habla y la comunicación, y una falta de interés en las personas y los juguetes.

Entre los 18 y 24 meses de edad: pueden mostrar síntomas más evidentes de autismo, como la falta de habilidades sociales, problemas en la comunicación y comportamientos repetitivos.

Es importante tener en cuenta que estos indicios pueden variar en cada niño o niña y no todos los que muestran estos síntomas necesariamente tienen autismo. Sin embargo, si se observan varios de estos signos, se recomienda hablar con un profesional para poder tener la mejor evaluación posible.

Lo importante es que como padres estemos atentos a observar la comunicación de nuestros hijos e hijas, como el contacto visual y el desarrollo del habla, y observar su comportamiento, como las habilidades sociales y conductas repetitivas.

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